En los últimos años, un concepto ha llamado la atención del mundo entero: el de la inteligencia artificial (IA). Esta herramienta se ha presentado como una gran oportunidad para revolucionar diversas industrias y obtener mejores resultados. Incluso en las ciencias de la salud, la inteligencia artificial tiene gran cabida.
Y aunque muchos le temen, lo cierto es que, bien usada, puede marcar un antes y un después en beneficio de millones de personas. ¿Quieres saber cómo podría beneficiarte?
¿Qué es la inteligencia artificial?
De acuerdo con Amazon Web Services, la inteligencia artificial (IA) es un área de la informática que resuelve problemas, gira en torno al aprendizaje y el reconocimiento de patrones. Tales ámbitos se relacionan comúnmente con la inteligencia humana. No obstante, la artificial es ciencia informática completamente avanzada y enfocada en la actualidad.
Por lo general se necesitan ciertos datos de entrada para obtener los resultados deseados. Básicamente, la inteligencia artificial puede realizar actividades similares a las de un humano, pero con mayores probabilidades de éxito.
Tal y como sucede con los seres humanos en su etapa de crecimiento, la inteligencia artificial ofrece mejores resultados a medida que se le introducen datos. Así genera procesos de reconocimiento y distinción de patrones. Incluso puede llegar a crear modelos predictivos gracias al aprendizaje automático y a las experiencias ejecutadas previamente.
Precisamente esas aplicaciones han permitido el ingreso de la inteligencia artificial a un ámbito tan complejo como el de la salud. Los modelos de aprendizaje son indispensables para generar conocimientos que permitan mejorar la calidad de vida de los pacientes. En consecuencia, es común que algoritmos y aplicaciones derivados de la inteligencia artificial se usen en pro de investigaciones clínicas.
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¿Qué se puede hacer con inteligencia artificial en las ciencias de la salud?
Gracias al perfeccionamiento de su uso, la inteligencia artificial es fundamental para la toma de decisiones médicas. Diversos tratamientos, fármacos y pacientes se estudian por medio de esta herramienta. Y debido los datos ya existentes, los profesionales de la salud pueden tomar decisiones para mejorar la salud de quien lo necesita.
Pero también es importante para el estudio de imágenes. La tecnología permite que se haga un mejor análisis de resonancias magnéticas, radiografías, rayos X, e incluso tomografías. Hace que sea más fácil hallar algún tipo de lesión o malformación, pues no existe tanto riesgo de error humano. Una vez diagnosticado el paciente, la información de la inteligencia artificial permite dar un pronóstico más preciso sobre el avance de una enfermedad.
Un ejemplo de ello es el diagnóstico de padecimientos como diabetes, problemas de visión, cardiovasculares, y ciertos tipos de cáncer. ¡Hay millones de pacientes con este tipo de males en todo el mundo! Pero gracias a los datos, es posible realizar breves análisis y hacer el diagnóstico correcto.
Aunque ahora la situación es totalmente diferente, la inteligencia artificial también se usó en la lucha contra el COVID-19. Diversos chatbots permitieron que la gente se mantuviera informada con datos fidedignos. También hicieron posible que se realizara un seguimiento de su enfermedad o se informara sobre el proceso de vacunación. Incluso les facilitó recibir su certificado.
Gracias a la forma en que se llevó a cabo el procesamiento de datos, se pronosticó la evolución de la pandemia. Se ofrecieron modelos de predicción, y la plataforma Salud Digital consideró a la inteligencia artificial como “clave para desarrollar estrategias de prevención”.
¿Y funciona la Inteligencia Artificial en las ciencias de la salud?
En junio de 2021, la Organización Mundial de la Salud (OMS) emitió su primer informe sobre inteligencia artificial aplicada a las ciencias la salud. Dos años de arduos estudios sirvieron para generar grandes expectativas de cara al futuro. Sin embargo, al tratarse de una herramienta que se nutre de historiales de datos, existen ciertas preocupaciones por su uso.
Sucede con todo lo relacionado con la tecnología: modelos y aplicaciones creados gracias a la inteligencia artificial son susceptibles a error. Por ello, siempre será necesario acudir con un médico ante cualquier problema que se presente. Nunca se deben sustituir sus diagnósticos o recomendaciones.
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