Por Lorena Segura*
Con 30 segundos basta para saber si serás contratado o no. Esto es lo que la mayoría de los reclutadores dice, pero no siempre resulta una regla estricta. La manera en la que te vistes y actúas en una entrevista tiene muchísimo peso, pero tener una buena comunicación oral y escrita también es importantísimo.
Las cuatro preguntas que seguramente te harán, y que deberías ensayar son:
- ¿Cómo fue tu experiencia en…?
- ¿Por qué quieres trabajar con nosotros?
- ¿Qué sabes de la compañía?
- ¿Por qué te fuiste de tu empleo anterior?
Uno de los principales errores, y que pueden resultar en un desencanto total es que no sepas nada sobre la compañía. ¿Quieres trabajar en equis empresa, pero no sabes si cotiza en la bolsa de valores? ¡Error! Por otro lado, según el aftercollege.com, las descripciones de los puestos a veces no son lo suficientemente claras. Por este motivo, según los reclutadores, está bien que hagas preguntas al respecto para estar seguro de que entendiste bien, pero no que adivines si estás en el puesto adecuado para ti. Además, los reclutadores generalmente buscan que les expliques cómo resolviste un problema en el trabajo o en la vida personal. Saber tus fortalezas siempre ayuda.
De la boca de un reclutador: “Busco a alguien que al ver los asuntos con los que estamos lidiando salga con una idea innovadora y se apropie del problema para resolverlo”. Inclusive no poder platicar en la entrevista sobre algún proyecto apasionante puede hacer que el entrevistador no te vea como parte del equipo, pues siempre es más fácil poder comentar e intercambiar ideas sobre puntos específicos de un proyecto y las partes más interesantes.
¡Muéstrate interesado e interesante! Es muy apreciado por la persona que te entrevista el que expreses tus puntos de vista y expliques por qué los tienes. Inclusive que hables sobre el nuevo libro que estás leyendo, algún blog interesante o alguna conferencia a la que hayas ido (sin llegar al punto de aparentar ser “súper interesante”).
Sí, tú también puedes preguntar. Las preguntas que puedas hacer al final de una entrevista también son importantes:
- ¿Me pueden describir su cultura empresarial? Muestra al reclutador que quieres estar seguro de que encajas en el perfil de la compañía.
- ¿Cuáles son las oportunidades para desarrollo personal? Tener metas más allá de encontrar un trabajo es bueno. Así dejas ver que intentas expandir tus competencias y aptitudes y que eres un candidato motivado.
- ¿Hay alguna razón por la cual no me contrarían? Según el sitio de Forbes, aunque puede sonar como una pregunta ruda, te deja ver dónde estás parado y si necesitas aclarar algo al entrevistador antes de irte.
- ¿Cómo mide la compañía el desempeño profesional y reconoce a los empleados? Según el periódico The Guardian, quedarás como una persona que entiende el valor del compromiso y confiabilidad.
¿Quieres verte aún más interesado? Puedes realizar este otro set de preguntas que definitivamente mostrarán que quieres ir más allá del perfil que buscan:
- ¿Qué metas esperan que la persona que tome este puesto logre durante el primer mes o dos meses?
- ¿Me pueden decir cómo se ha llevado a cabo este trabajo en el pasado? ¿Qué mejoras esperan que pasen?
- ¿Cómo realizan “equis” tarea? (entendiendo “equis” como un elemento clave en el trabajo)
- ¿Qué tipo de aptitudes o competencias no tienen aún y buscan adquirir con esta nueva contratación?
- ¿Si empezara en el puesto hoy, qué me recomendarían aprender primero y hacer primero?
Como siempre, no todos los consejos funcionan al pie de la letra, puesto que cada compañía tiene sus propios procesos de reclutamiento. Pero en definitiva puedes ir preparando tus aptitudes para que el día que te toque estar sentado enfrente de un reclutador, compitas como los grandes.
*Publicado originalmente en Profesionistas.org.mx