La Fundación Nacional para el Cáncer Cervicouterino (FUNACC) está ubicada en la colonia Álamos, en la zona centro de la Ciudad de México. Es un proyecto fundado y dirigido por Patsy Ordoñez, egresada de la carrera de Ciencias de la Comunicación, en UVM sede Tlalpan.
“En 2010, cuando era recién egresada de UVM, el cáncer cervicouterino era la principal causa de muerte entre las mujeres en México y no existía una fundación especialista que atacara este problema”, recuerda Patsy.
“Quería ayudar a las mujeres y no quería dedicarme a una fundación relativa a la violencia o el cáncer de mama, porque son problemáticas ya atendidas por varias asociaciones filantrópicas. Quería atacar un tema que no fuera comúnmente considerado y también atender una problemática social de nuestro país”, señala.
Patsy recuerda que decidió estudiar en UVM por el plan de estudios de la carrera, las instalaciones y el ambiente. Al inicio, pensaba que quería dedicarse a los medios y, de hecho, cuando terminó sus prácticas profesionales recibió una oferta laboral que decidió rechazar, porque un materia que tomó ya había marcado su futuro.
“Esa materia que cursé en UVM fue una semillita muy importante para descubrir mi labor, gracias a ella decidí dedicar todos mis esfuerzos a las causas sociales”, recuerda. “Para aprobar, teníamos que ir a una asociación civil y trabajar de manera desinteresada, me acerqué a una asociación de desnutrición infantil y me acogieron muy bien, mis sugerencias fueron incorporadas y me comencé a involucrar con los beneficiarios, me apasionó esa labor. Mi sueño había sido dedicarme a los medios hasta entonces, en esa asociación decidí que quería dedicarme a servir”.
Los ejes de acción de la FUNACC son: atención ginecológica, conferencias, vacunación, políticas públicas y campañas de difusión. Cuando le preguntamos a Patsy si existe alguna condición para que las mujeres puedan acercarse a FUNACC, nos comentó que al inicio, la fundación estaba dedicada a mujeres de bajos recursos, pero eso cambió.
Nos explica que hay mujeres con recursos que sufren violencia física, verbal o sexual, y eso las hace vulnerables, también atiende a niñas de escuelas privadas que no cuentan con el apoyo de sus padres para llevar tratamientos.
Por su gran labor filantrópica, Patsy ha recibido varios reconocimientos como el de Mujer Emprendedora 2011, otorgado por la Secretaría de Economía, el Premio Responsabilidad Social 2012, de la Universidad Anáhuac, el Reconocimiento a la Labor Social, de la Cámara de Diputados, el Premio Laureate International “Here for Good”, para estudiantes que trabajan en causas sociales y el Premio UVM por el Desarrollo Social. Además, su caso de éxito fue publicado en el libro conmemorativo del 55 Aniversario de UVM.
Como recomendación a todos los jóvenes que actualmente están en la escuela dice: “Los estudiantes deben involucrarse a fondo con su carrera, la universidad te brinda mucho, pero el universitario tiene el deber de descubrir qué le apasiona y no soltar esa línea. Deben darse cuenta de lo que tienen”.