Necesitar estar rodeado de amigos para pasarlo bien o tener que pasar un día entero encerrado con un libro y un gato para recargar energía. Ambas son características de tipos de personalidad prácticamente opuestos: introvertidos y extrovertidos.
Mientras que por muchos años los introvertidos sufrieron presiones e incluso juicios por no poder ser más “abiertos” como los extrovertidos, actualmente se ha esparcido el entendimiento e incluso la apreciación por este tipo de personalidad.
Aun así, la realidad es que ser extrovertido tiende a tener ventajas en el mundo académico y laboral. Los científicos creen que esa ventaja viene de la capacidad de los extrovertidos para entender e imitar los comportamientos de otras personas.
Por ejemplo, empezar a usar el mismo tipo de lenguaje tanto hablado como corporal de las personas que están a su alrededor, acelerando así su aceptación en el grupo. Además, los extrovertidos no tienen problemas hablando en público o conociendo a nuevas personas mientras que para los introvertidos es todo un drama.
Un nuevo escenario
En estos últimos meses, el mundo ha cambiado. Salir de nuestras casas no es una opción y la convivencia laboral y escolar se hace exclusivamente detrás de pantallas. Y esto ha provocado un cambio en el balance entre extrovertidos e introvertidos.
Ahora, ser desenvuelto en grupo, imitar comportamientos y hablar fácilmente con los demás no ayuda mucho, y, al contrario, la falta de convivencia provoca una sensación de pérdida de energía similar a lo que los introvertidos sienten cuando son obligados a convivir en público por demasiado tiempo. Además, padecen del encierro, sufriendo tanto estrés y agotamiento que podrían presentar señales de estrés post traumático.
Por su parte, los introvertidos están más acostumbrados a pasar tiempo en casa, incluso encuentran preferible el trabajo o escolarización en su propio espacio que exponerse al exterior, en donde padecen de mucha ansiedad.
Por otra parte, es mucho más difícil para los extrovertidos mimetizarse con los demás a distancia, a través de una pantalla, así que toda ventaja que podrían haber obtenido de esta habilidad se elimina, poniéndolos en balance con los introvertidos quienes ahora están más cómodos presentando sus ideas y hablando ante el grupo.
Cuestión de equilibrios
Mientras que no se puede decir que un tipo de personalidad sea superior al otro, podemos ver cómo ciertas situaciones le permiten a cada uno florecer y le producen mucha angustia e incomodidad a la otra.
Tal vez cuando estemos del otro lado en esta situación podremos encontrar un sistema más balanceado en el que sin importar nuestra personalidad podamos desarrollarnos de la mejor manera posible, donde las cualidades de cada uno se destaquen sin verse opacadas por situaciones externas.
¿Con qué tipo de personalidad te identificas tú?