Estudios recientes de investigadores de la Universidad de Montana, UVM, Instituto Nacional de Pediatría de Boise y de la UNAM, advierten sobre el impacto negativo, en el corto y largo plazo, por nanopartículas de combustión presentes en los cerebros de jóvenes que habitan en zonas urbanas y con mayor presencia de tráfico automovilístico, lo que proyecta que “residentes en la ciudad de México están expuestos desde su concepción a contaminantes nocivos del aire”.
En un artículo publicado en junio por América Economía sobre este estudio menciona que “Los niños, adolescentes y adultos jóvenes de la Ciudad de México han demostrado marcadores clave de la enfermedad de Alzhéimer”.
La Dra. Lilian Calderón- Garcidueñas, investigadora de UVM y de la Universidad de Montana, es parte del equipo que realizó el estudio y expone en el artículo que: "En el contexto de serias exposiciones continuas a altas concentraciones de material particulado fino (MP 2,5) y ozono, nuestros actuales hallazgos de microscopía electrónica y la extensa literatura asociando los contaminantes del aire con daño cerebral, la cuestión de quién está en riesgo de neurodegeneración a una edad temprana debe ser una preocupación urgente de salud pública".
En la publicación de la revista América Economía se refiere que el problema de hallar nanopartículas derivadas de la combustión en los cerebros de los menores de edad es que están presentes en altas concentraciones en niños de 3 años. En el artículo también se alerta que los “millones de residentes de la Ciudad de México siguen estando expuestos a concentraciones muy poco saludables tanto de MP 2,5 como de ozono; ambos factores de riesgo conocidos para el Alzhéimer.
A principios de 2017, la Dra. Lilian Calderón, quien desde hace más de 14 años ha realizado estudios sobre contaminación ambiental, en conjunto con la Universidad de Montana y ahora con UVM, ha dado a conocer en diferentes revistas el tema de los efectos de la contaminación en el desarrollo de enfermedades neurodegenerativas y cardiovasculares.
En la revista Enviromental Research publicó el año pasado el estudio sobre los efectos de la contaminación en la substancia blanca prefrontal del cerebro, en población joven de la ciudad de México y su posible impacto a nivel neurovascular y en el desarrollo de la enfermedad de Alzheimer. Los resultados del estudio concluyen que, en comparación con los niños que viven con aire limpio, los de la Ciudad de México exhiben inflamación sistémica, cerebral e intratecal, déficits de memoria de atención y corto plazo, y otras condiciones que indican que esta parte del cerebro es blanco de la contaminación. La inflamación cerebral se asocia a deficiencias cognitivas como la memoria reciente y el desarrollo de marcadores histopatológicos de la enfermedad de Alzheimer.
Como ha mencionado la Dra. Lilian Calderón, estudios publicados por su laboratorio también refieren hallazgos que relacionan la contaminación con daños al sistema cardiovascular, esto es que la exposición cercana y/u ocupacional podrían elevar los riesgos de desarrollar isquemia al miocardio, infartos, presión arterial alta e infartos cerebrales. Y aunado a ello factores como nutrición, peso, talla, índice de masa corporal y género que tienen que ser tomados en cuenta en la ecuación de factores de riesgo. El género es muy importante ya que se ha encontrado que las niñas son más afectadas que los niños.
