Por Luis Durán*
La llegada de la inteligencia artificial está revolucionando prácticamente todos los aspectos de nuestras vidas a una velocidad sin precedentes. La convergencia entre las diferentes tecnologías como la robótica, la nanotecnología, y la impresión 3D avanza tan rápido que resulta prácticamente imposible predecir su alcance. De acuerdo a uno de los futuristas más reconocidos, Ray Kurzweil, las máquinas van a coincidir con la inteligencia humana para el año 2029, y la singularidad tecnológica, que se refiere al momento en el que el progreso tecnológico llegará a un punto de inflexión en que las máquinas serán exponencialmente más inteligentes que los humanos, se proyecta para el 2045.
Además de las múltiples predicciones sobre lo que ocurrirá en un futuro con la llegada de la inteligencia artificial, es común también escuchar diferentes voces que la perciben como una seria amenaza para la humanidad, como es el caso de Elon Musk, mientras otros la ven con una lente optimista y aseguran que en ella está la solución a muchos de nuestros más apremiantes problemas. Más allá de las distintas percepciones, es importante poder distinguir cuáles son los mitos y las realidades detrás de esta revolución tecnológica que parece ser extraída de la más alucinante película de ciencia ficción.
En primer lugar, se debe tener claro, que todas las predicciones son simplemente especulaciones, y no son capaces de saber con exactitud qué es lo que pasará en el corto, mediano y largo plazo, por lo que debemos ser cautelosos con la interpretación y el uso de esta información, así como poder diferenciar lo que se proyecta de lo que ya es una realidad palpable. En ocasiones esto no resulta tan sencillo. En octubre del año pasado un robot de nombre Sophia, creado por una empresa basada en Hong Kong, se convirtió en el primer robot en recibir la ciudadanía por parte de Arabia Saudita. Esto claramente parecería un mito, pero realmente sucedió.
Por otra parte, cada vez cobra mayor fuerza el cuestionamiento sobre si la inteligencia artificial desplazará al trabajo humano. Una vez más, nos encontramos con los fatalistas que auguran la sustitución total de las máquinas por las personas, en contraste con los que visualizan a los robots como un complemento a la mente y el trabajo humano. Es un hecho innegable que uno de los sectores que más se ha visto afectado y se continuará viendo impactado cada vez más en los próximos años es el mercado laboral. En muchas industrias, las ocupaciones o especialidades más demandadas actualmente no existían hace 10 o incluso cinco años, y el ritmo del cambio se acelera de manera exponencial.
Es una realidad, por lo tanto, que a medida que los robots, la automatización, los algoritmos y la inteligencia artificial avanzan y desempeñan trabajos cada vez más sofisticados, muchas de las tareas que realizan las personas están siendo desplazadas. Pero por lo menos hasta el momento, es un mito afirmar que todo el trabajo humano será desplazado por los robots. La conciencia, la sensibilidad, la creatividad y las emociones no han podido ser emuladas por las máquinas.
Sobra decir que la inteligencia artificial es un campo en el que quizás haya más dudas que respuestas, y estar al día de todos los avances tecnológicos en todas las disciplinas y aplicaciones es imposible. Lo que sí debería ser tarea de todos los tomadores de decisión es analizar y comprender lo que está sucediendo en este ámbito para prepararnos y poder aprovechar los cambios de la mejor manera en beneficio de las personas, en el campo de la salud, la seguridad pública o el medio ambiente, entre otras.
No todo en el desarrollo de la inteligencia artificial estará orientado a más productividad en las cadenas industriales. En ese marco, la UVM, junto con el Aspen Institute México, celebró en mayo el Foro sobre la Cuarta Revolución Industrial, en el que participó Alec Ross, uno de los expertos en tecnología más destacados, que pretende precisamente entablar un diálogo sobre esta nueva era tecnológica y su impacto en la economía global. Puedes ver su conferencia completa a continuación: