Mayor eficiencia, diagnósticos en un solo día, atención más humana y tecnología de punta son algunas de las características de un hospital del futuro.
Acudir a un hospital es, para la mayoría, estresante. Salvo determinadas situaciones, como un nacimiento, por ejemplo, la hospitalización es un mal necesario y, aunque muchos sanatorios pregonen “tener un trato humano”, son pocos los que de verdad lo cumplen.
En noviembre de 2016 abrió el Karolinska Solna, en Estocolmo (Suecia). Este hospital cuenta con toda una filosofía de trato humano respaldada por instalaciones y tecnología de punta que permiten una experiencia única para los pacientes. De entrada, el 1% de su presupuesto de 1,500 millones de euros se dedicó a la instalación de pinturas y esculturas en diversas partes del recinto, con el objetivo de hacer de la estancia de los pacientes algo más llevadero. “El arte y la cultura en todas sus formas tienen tanto efectos preventivos como curativos. En el nuevo hospital, el arte desempeñará su papel en la caja de herramientas médicas”, comenta Gunnar Bjursell, biólogo molecular del Instituto Karolinska. Pero eso no es todo, el hospital cuenta también con:
- Una red de tubos neumáticos que sirven para transportar fármacos, bolsas de sangre y materiales de laboratorio.
- Carritos robotizados para transportar sábanas y toallas.
- 630 habitaciones de 20 m2 cada una, con ventanal.
- 1,600 camas de hospital.
- 15,800 empleados.
- La posibilidad de tener una consulta, exámenes y diagnóstico en un día.
- Sistema integrado de áreas que permite mover menos al paciente. Y es que en cuestión de salud, cada segundo cuenta.
En México estamos todavía a años luz de distancia, pero eso no nos impide ver y analizar lo que se está haciendo en otros países en materia de salud para empezar a adoptar mejores prácticas que nos permitan contar con diagnósticos más acertados y mejor atención. Sin duda, todos aquellos que se dediquen al área de la salud tendrán que tener la vista puesta en el Karolinska Solna Hospital.
Fuente: Sitio oficial del hospital Karolinska / Periódico El País