¿Tienes la mala suerte de tener un jefe micromanager? No estás solo, es mucho más común de lo que te imaginas. Un micromanager es aquel al que no le gusta delegar responsabilidades a sus empleados porque no confía en ellos, que revisa meticulosamente todas las tareas y que nunca queda satisfecho con los resultados. Estos jefes, además de que pueden sacar de sus casillas hasta al más zen del equipo, entorpecen la productividad.
Lidiar con el micromanagement es natural al inicio de tu carrera o al empezar un nuevo trabajo, pues no te conocen y no saben lo que puedes hacer. En estos casos, tu mejor estrategia es dejar una buena impresión desde el principio, pues probablemente de eso dependerá si el micromanagement se vuelve pasajero o te acompañará eternamente.
Pero si ya pasó suficiente tiempo para demostrar que tu trabajo es confiable y aún te revisan todo con lupa, claramente ya no es un problema de tu desempeño sino de las obsesiones de tu jefe.
La primera solución está en anticiparte. Si le gusta el control, dáselo. Entrega reportes detallados y adelántate a tareas que te pueda pedir y revísalas muy bien antes de entregarlas. Si te anticipas a sus requerimientos, él aprenderá a confiar en ti y te delegará mayores responsabilidades.
Otra técnica indispensable es fomentar el diálogo. Mantén un canal de comunicación abierto con tu jefe para promover la confianza de los dos lados. Pide que te especifique a detalle los requerimientos que busca en una tarea para así evitar malos entendidos o repetir trabajos. Entre más claras queden las instrucciones y expectativas de tu jefe, más probable es que las cumplas. Recuerda que lo que necesita un micromanager es la tranquilidad de que alguien más puede hacer el trabajo bien y no solo él. Si te ganas su confianza, verás que, aunque le cueste, poco a poco te irá delegando más tareas sin supervisión.
Finalmente, recuerda que tú solo puedes controlar tu forma de trabajar y la calidad de lo que haces, pero no el estilo de management de tu jefe. Si por más que hagas tu mayor esfuerzo y cumplas con tus tareas adecuadamente, tu jefe nunca queda satisfecho y sigue sin delegar responsabilidades, habla con alguien más en la organización para pedir consejo, o explora la posibilidad cambiar de área. Mientras eso pasa, puedes pasarte los días quejándote o aprovechar la situación para explorar caminos para mejorar tu desempeño.