Pensarías que en la vida de Édouard Manet todo fue miel sobre hojuelas, pero no fue así. A pesar de que venía de una familia acomodada, nunca fue el mejor estudiante ni tuvo logros académicos, por lo tanto, los deseos de su padre de estudiar leyes, no se cumplieron.
Así es como este artista comienza su vida en la pintura. Decidió estudiar en el taller de Thomas Couture y pasó mucho tiempo en el Museo de Louvre copiando obra de autores como Tiziano y Rembrandt. Viajó por Europa y conoció obra de Diego Velázquez, una de las grandes influencias en su estilo.
A los 29 años ya había recibido una mención del Salón de París por “El cantante español”, 1860, sin embargo, lo logros no continuarían de esa manera. Poco después exhibió la obra titulada “Almuerzo sobre la hierba”, 1863, por el cual recibió muchas críticas, pues en la escena aparece una mujer desnuda, en un día de campo, junto con dos hombres totalmente vestidos. Esto no solo pareció vulgar a la crítica, sino también se cuestionó el estilo moderno que mostraba el autor por primera vez.
“Almuerzo sobre la hierba”, 1863
Más tarde volverían a reprobar su estilo, pero en este caso por un error en la perspectiva; se trató de la obra “Torero muerto” o “Un incidente en la corrida de toros”, cuadro que comenzó en 1862, concluyó, y volvió a editar en 1864 agobiado por los reproches que recibió a nivel técnico.
Otra de las obras más asediadas por el Salón fue “Cristo muerto con dos ángeles”, 1864, en la que reprobaban el realismo del cuerpo de Cristo que parecía el cadáver de un minero, más que el hijo de Dios, y los ángeles que semejaban a los humanos. Se dijo que la obra carecía de un sentido espiritual.
“Cristo muerto con dos ángeles”, 1864
Actualmente, Manet no solo es referencia para muchos artistas contemporáneos, sino que sus obras son de las mejores vendidas a nivel internacional y forman parte de grandes colecciones particulares y museos alrededor del mundo.
___________________
Fuentes
Museo de Louvre
Artsy