Alimentos, entre más naturales, mejor -dicen por ahí-, pero algunos expertos aseguran que México sería económicamente independiente y capaz de producir alimentos transgénicos si opta por la biotecnología.
Y es que dicha tecnología busca resolver problemas puntuales de la agricultura, la alimentación y la salud, y ha cobrado relevancia por la necesidad del ser humano de alimentarse de forma adecuada, segura y suficiente.
Cada vez somos más personas en el mundo y son menos los recursos naturales con los que se cuentan, por eso la necesidad de maximizar de forma segura los productos alimenticios, y la biotecnología contribuye para obtener variedad de vegetales y razas animales, adaptadas a las condiciones humanas.
Transgénicos: salvación o perjuicio
El concepto transgénico o el tema de los organismos genéticamente modificados (OGM) ha generado mucha controversia en México y ha derivado en que los productores de este tipo de comida sean excluidos de la cadena de producción, como menciona el Químico Luis Manuel Guerra Garduño, presidente y director del Instituto de Asistencia en Investigaciones Ecológicas, quien asegura que México sería económicamente independiente si tuviera la facultad de producir alimentos transgénicos.
“Gracias a la biotecnología adoptada en la producción alimenticia se ha reducido un 37% el uso de plaguicidas”, indica el Químico Guerra, y en nuestro país se podrían crear 200 mil empleos en el campo en un lapso de dos años.
El problema es que alrededor del tema de los transgénicos hay cuestionamientos como ese de si propician cáncer, si son un mecanismo para obligar a los campesinos a usar cierto tipo de tecnología patentada, si esos productos afectan la biodiversidad o si el origen del maíz se ve afectado por la presencia del maíz orgánico.
De acuerdo con la Dra. Beatriz Xoconostle Cázares, investigadora de biotecnología del Centro de Investigación y de Estudios Avanzados del IPN (CINVESTAV), en el año 2053 se prevé una cifra de 10 mil millones de humanos en el mundo y 139 millones en México, hecho que nos obligará a hacer uso de técnicas para hacer producir productos alimenticios que la naturaleza no va a poder proveer para todos.
A decir de los especialistas, el uso de la biotecnología en la producción de alimentos genéticamente modificados tiene ventajas importantes:
- No producen daños a la salud humana
- No tienen impacto nocivo en la biodiversidad,
- Propician un uso más racional de agroquímicos,
- Mejoran el ingreso de los productores,
- Reducen el desmonte de bosques y selvas, haciendo un uso más eficiente de las tierras cultivables
- Pueden incorporarse al uso de técnicas de agricultura de conservación y los eventuales riesgos son mitigables.
Caso del Maíz
El Ing. Mario Valdés Berlanga, presidente de la Alianza Pro Transgénicos muestra un ejemplo comprobable de que los alimentos transgénicos no matan al que lo consume, pero sí se traducen en altos costos si no se producen en México:
- En México se consumen 37 millones de toneladas de maíz
- Solo se producen nacionalmente 26 millones de toneladas y se importa de Estados Unidos 13 millones de toneladas
- Se destinan más de 54 mil millones de pesos anuales para cubrir tal importación, la cual es 95% grano transgénico producido en Estados Unidos.
- Esta práctica tiene 21 años de existencia y no hay reportes de daños a la salud.
- La importación y consumo del maíz transgénico es autorizado en México, no así su siembra.
Fuente: Presentación del especialista, con información de Grupo de Mercados Agríclolas (GMA).
Mientras el tema se despolariza, Químicos, Nutriólogos, Ingenieros en Alimentos, entre otros, serán profesionales que desde ya deben conocer más sobre esta industria alimentaria porque en un plazo no tan largo será preciso impulsar esta manera de crear productos para consumo sano y nutritivo.