Aprende a trabajar como un duende de Santa

Cada año, millones de niños (y no tan niños) esperan con ansias la navidad. Una época de magia y alegría que llena de esperanza los corazones de aquellos que se reúnen en familia y comparten el sentimiento de un futuro mejor, después de todo un año de esfuerzo y dedicación.

 Pero, para que todo esto sea posible, y esos niños reciban un regalo bajo el árbol por parte del hombre del traje rojo, hay todo un ejército de duendes que trabaja todo el año para que todo salga a la perfección. Justo por eso, hay varias lecciones que podemos aprender de estos pequeños individuos y aplicarlas en nuestra escuela o trabajo.

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Trabajar en equipo

Nada de lo que representa la navidad podría ser posible sin el trabajo en equipo de cada uno de los duendes. ¿Qué acaso creías que todos ellos hacían solo una cosa? Atrás quedaron los tiempos en los que fabricaban juguetes con sus artesanales manos, ahora hay toda una complicada cadena de distribución con las más grandes empresas jugueteras y de tecnología. Así pues, hay duendes que se encargan de recibir las cartas de los niños y recopilar todos los pedidos, para después enviarlo al departamento de pedidos en línea, donde los duendes compran todos los regalos a través de compras por internet; luego, están los que deben de envolver los regalos, los que fabrican los dulces, los que se encargan del mantenimiento del Polo Norte y darle de comer a los renos y así cada uno de ellos cumple una función esencial para la navidad.

 

Organización del tiempo

¿Puedes imaginarte que un correo electrónico del Polo Norte informando que la navidad tendrá que retrasarse este año porque alguien en el equipo de contabilidad no ha terminado el presupuesto? ¿O pidiendo autorización al niño Jesús para que nazca unos días después para que los duendes puedan aprovechar el Guadalupe-Reyes? Pues no. Ellos tienen perfectamente organizado, año con año, qué es lo que necesitan hacer y cuándo deben de hacerlo, para que no haya ningún retraso en la fecha de entrega.

 

Prevención de contingencias

Si no tomaran medidas para prepararse ante una contingencia y no fueran cuidadosos de prevenir los riesgos, entonces la navidad estaría en peligro. Imagina que los renos se enfermaran del estómago y no pudieran volar, o que todo el pedido de iPads y iPhones se perdiera en medio de la nieve y tuvieran que sustituirlos con puro dulce y chocolate. O pueden hacer que santa olvide su ropa de calor cuando visita el hemisferio sur del planeta en pleno verano. Los duendes piensan en todo y se preparan para todo. 

 

Encuentran espacio para divertirse

No todo en la vida es trabajo, ya que cada año, después del 25 de diciembre, ellos se toman un poco de tiempo para vacacionar, visitar la playa y así, reponer sus esfuerzos para el siguiente año que entra. No son esclavos, saben mantener el perfecto equilibro entre las responsabilidades y la vida profesional. ¿Te imaginas si no lo hicieran? Habría muchas renuncias tan solo al terminar enero.

 

Saben la responsabilidad que tienen en sus hombros

Ellos más que nadie, incluso más que Santa Claus, están conscientes de que, si les gana la flojera o la irresponsabilidad, millones de niños alrededor del mundo quedarán tristes y decepcionados por no haber recibido regalos en navidad. En otras palabras, tienen perfectamente claras las consecuencias que habrá si no cumplen con su papel en ese gran equipo del Polo Norte.

 

La próxima vez que pienses que la navidad es solo el intermedio del Guadalupe-Reyes, toma en cuenta que hay todo un enorme grupo de trabajadores detrás, y que de ellos puedes aprender mucho. ¡Felices fiestas!

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