Todos la sentimos, pero una de las etapas donde más se padecen los efectos negativos de la frustración es la adolescencia. Como padre o madre de un adolescente, tu intervención es importante para que supere ese sentimiento.
La experiencia de vida trae consigo varias enseñanzas. Una de las más importantes es probablemente que uno no siempre obtiene lo que quiere. Eso les cuesta especial trabajo a los adolescentes, por lo que aprender a manejar la frustración es una tarea vital en su desarrollo. Aquí te damos algunos consejos para ayudar a tus hijos a pasar por esos momentos difíciles:
- Enséñale a controlar la ira y la rabia. Ambas son las respuestas naturales ante los obstáculos. Ayuda a tu hijo a canalizar su enojo de forma positiva y hazle ver que de nada sirve azotar puertas o encerrarse en su cuarto.
- No lo sobreprotejas. La frustración es parte de la vida, por eso tenemos que aprender a tolerarla. No le des a tu hijo todo lo que quiere o desea solo por evitarle pasar un mal rato.
- Enséñale el valor de la perseverancia. Solo los perseverantes cumplen sus objetivos. Si tu hijo tiene una meta muy clara, enséñale que para lograrla tendrá que trabajar y ser constante.
- Pon el ejemplo. Si como padre tienes cero tolerancia a la frustración, no te extrañe que tu hijo viva enojado eternamente.
Así que, ya lo sabes, “arma” a tu hijo con estas cuatro herramientas y velo convertirse en un adulto satisfecho consigo mismo.
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