Qué es la procrastinación y cómo combatirla

Como estudiante universitario, es probable que te encuentres posponiendo tareas importantes para más adelante. Esta costumbre de procrastinar puede parecer inofensiva al principio, pero puede tener un impacto significativo en tu productividad y bienestar.

Y cómo sabemos que puede ser tentador caer en la procrastinación, te queremos dar algunas recomendaciones. ¡Sigue leyendo!

¿Qué es la procrastinación y por qué procrastinamos?

Procrastinar significa retrasar tareas a pesar de saber que es importante hacerlas. No se trata simplemente de pereza, sino de una serie de factores emocionales y de organización. Puedes estar evitando una tarea por miedo al fracaso, por buscar la perfección o simplemente porque no sabes por dónde empezar. La desorganización también juega un papel importante, al igual que la tendencia a trabajar mejor bajo presión, lo que te lleva a dejar todo para el último minuto.

Entender por qué pasa es el primer paso para combatir este hábito perjudicial. Aquí hay algunas razones comunes detrás de la procrastinación:

  • "¿Y si me sale mal?": A veces, procrastinamos porque tememos fracasar en una tarea o porque tenemos miedo de tener éxito y enfrentar nuevas responsabilidades.
  • "Debe quedar perfecto": Quienes buscan la perfección pueden postergar tareas porque sienten que nunca podrán alcanzar sus estándares extremadamente altos.
  • "No me motiva": Si no vemos el propósito o la recompensa de una tarea, es más probable que la pospongamos.
  • "¿Por dónde empiezo?: Comenzar una tarea puede ser abrumador. A menudo, es más fácil evitarla que enfrentarla.
  • "No sé qué hacer": La falta de una estructura o planificación puede llevar a la procrastinación, ya que no sabemos por dónde empezar.
  • "Soy mejor bajo presión": Algunas personas procrastinan porque sienten que trabajan mejor bajo presión y esperan hasta el último minuto para comenzar.

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Consecuencias de la procrastinación

La procrastinación puede tener efectos negativos en múltiples áreas de la vida:

1. Baja productividad: Cuando pospones tus tareas académicas o proyectos, tu capacidad para completarlas de manera eficiente y a tiempo se ve reducida. Esto significa que podrías no rendir al máximo en tus estudios o trabajos grupales.

2. Aumento de estrés: Dejar las cosas para el último minuto suele generar una carga de estrés adicional. Tener que hacer todo a prisa puede provocar una sensación de agobio y ansiedad, especialmente cerca de fechas límite importantes como exámenes o entregas de trabajos.

3. Efectos en la salud mental: Procrastinar constantemente puede llevarte a sentirte culpable o ansioso por no estar cumpliendo con tus obligaciones. Este estado emocional negativo no solo afecta tu bienestar mental, sino también tu motivación y autoestima.

4. Perder oportunidades: Al procrastinar, corres el riesgo de perder oportunidades valiosas, tanto en el ámbito académico como profesional. Por ejemplo, si postergas la preparación para una entrevista de trabajo o la solicitud de una beca, podrías no aprovechar estas chances que pueden influir significativamente en tu futuro.



Cómo combatir la procrastinación

La buena noticia es que la procrastinación se puede superar con estrategias adecuadas. Aquí hay algunas formas efectivas de combatir este hábito:

Establece metas claras: Divide tus tareas en metas más pequeñas y manejables. Esto hará que las tareas parezcan menos abrumadoras.

Crea un plan: Desarrolla un plan detallado para abordar cada tarea. Esto te dará una guía clara sobre cómo empezar.

Elimina distracciones: Identifica y elimina las distracciones que te impiden trabajar de manera efectiva. Esto puede incluir apagar notificaciones de teléfono o bloquear sitios web distractivos.

Usa técnicas de gestión del tiempo: Prueba técnicas como la Técnica Pomodoro, donde trabajas durante un período de tiempo específico y luego haces una pausa.

Cultiva la auto-disciplina: Trabaja en desarrollar la autodisciplina gradualmente. Esto implica construir hábitos que te ayuden a evitar la procrastinación.

Encuentra motivación: Conéctate con la razón detrás de tu tarea. Visualiza los beneficios de completarla y utilízalos como motivación.

Establece plazos realistas: Define plazos realistas para tus tareas y evita dejarlas hasta el último minuto.

Datos que te pueden interesar sobre la procrastinación

A todos nos gustan los datos, los números y las curiosidades, ¿no?

Estos datos se obtuvieron a partir de encuestas y estudios realizados en diversas instituciones educativas y muestran la prevalencia de la procrastinación, las principales causas y las consecuencias que enfrentan los estudiantes.

Es importante tener en cuenta que estos números pueden variar según la población estudiantil y las circunstancias individuales, pero ofrecen una visión general de la magnitud del problema:

  • Dejarlo para después: Aproximadamente el 70% de los estudiantes universitarios informa que procrastina regularmente en al menos una actividad académica importante, como la preparación de exámenes o la entrega de trabajos.

  • ¿Por qué?: Entre las principales razones citadas para la procrastinación se encuentran:
    - Falta de motivación (45%)
    - Falta de habilidades de gestión del tiempo (30%)
    - Tendencia a postergar tareas desafiantes o aburridas (25%).

  • ¿Cuál es la consecuencia?: La procrastinación suele tener un impacto negativo en el rendimiento académico. El 60% de los estudiantes que procrastinan informa obtener calificaciones más bajas de lo que podrían lograr si no procrastinaran.

  • Y si hablamos de emociones...: 80% de los estudiantes que procrastinan experimenta niveles más altos de estrés y ansiedad relacionados con sus responsabilidades académicas. También se observa un aumento en los sentimientos de culpa y autoestima reducida.

  • ¡Sí hay solución!: Entre las estrategias más efectivas se incluyen:
    - planificación del tiempo (35%)
    - eliminación de distracciones (25%) 
    - búsqueda de apoyo de compañeros o consejeros académicos (20%)

procrastinación activa

¡Ojo con la procrastinación activa!

Este tipo de procrastinación no es estar ocioso; en realidad, involucra ocuparse en tareas menos importantes o más agradables en lugar de enfrentar las prioritarias. Es el arte de estar "ocupado" evitando lo que realmente necesita ser hecho.

Cuando procrastinas activamente, te sumerges en actividades secundarias que dan una sensación de logro, pero que en el fondo son una manera de esquivar tus responsabilidades principales. Por ejemplo, puedes decidir organizar tu habitación cuando en realidad deberías estar preparando una exposición.

Para combatir la procrastinación activa, es esencial desarrollar una conciencia clara de tus prioridades y trabajar en la autodisciplina. Aprender a diferenciar entre estar "ocupado" y ser "productivo" es un paso clave.

¿Entonces? Primero lo primero... 

La procrastinación es un desafío común que vivimos en nuestra vida diaria, pero no tiene por qué tomar el control. Al comprender las razones detrás de la procrastinación y emplear estrategias efectivas para minimizarla, y así  aumentar la productividad, reducir el estrés y mejorar la calidad de vida.

Recuerda que superar la procrastinación lleva tiempo y práctica, pero con determinación y paciencia, puedes desarrollar hábitos que te permitan vencer este obstáculo y alcanzar tus metas de manera más eficaz.

¡No dejes que la procrastinación te detenga en tu camino hacia el éxito!

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