Nunca olvides que las personas en las crisis dan por sentado que necesariamente les irá mal, pero eso no siempre es así.
La pasada crisis de 2008 cuyo epicentro fue Estados Unidos, dejó muchas enseñanzas, pues significó para los mercados asiáticos una reestructuración de su modelo económico basados en una premisa difícil como experiencia, pero simple en términos prácticos que fue: “no depender de un país, una región, un producto o un cliente “.
Es decir, donde unos experimentaron perdidas otros pudieron ver un horizonte de oportunidad y crecimiento. A continuación, te damos 5 consejos para mantener tu economía a flote para la crisis:
- Compra solamente lo necesario. En tiempos de vacas flacas debes adquirir lo indispensable y abstenerte de las compras impulsadas por el miedo y la incertidumbre. Nada de docenas de papeles de baño, botellas de agua, cervezas ni compras absurdas por internet, gasta solo en lo que necesitas.
- Ahorra. En lo que puedas y cómo puedas.El aislamiento social ya te pone la mitad de la tarea, pues al estar negocios, bares y plazas comerciales, cerradas, la tentación es menor. Cocina, racionaliza tus insumos, ahorra luz, agua, energía, modera el consumo de internet, esto puede parecerte insignificante, sin embargo, al final del mes las cuentas por pagar te darán una grata sorpresa.
- Relájate con las deudas si las tienes. Que no quiere decir que dejes de pagar, pero habla con tus acreedores, que también tienen planes de reestructuración para sus clientes en tiempos adversos. Por ejemplo, esto puede significar que al pagar tu tarjeta hagas los pagos mínimos pues el horno, en estos momentos no está como para bollos.
- No pidas prestado. Si fuera completamente necesario elige aquellos prestamos que te ofrezcan las menores tasas de interés y los mayores rendimientos. No olvides que en caso de crisis los bancos pueden elevar sus tasas de interés pues tienen menos depósitos y podrían usar sus reservas lo que dificultaría que otorguen préstamos.
- Recuerda buscar la oportunidad dentro de la tragedia. En el best seller, ¿Quién se ha llevado mi queso?, uno de los dos ratoncitos protagonistas de la narración se acaba su queso por no salir a buscar a otro lado en el laberinto que se encuentran, mientras su compañero va hacia sitios que antes no había explorado y finalmente, encuentra más queso. No se trata de invertir alocadamente el dinero que celosamente has ahorrado sino de imaginar e innovar en nuevas fuentes de ingreso que antes no habías pensado.
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