14 errores clásicos al buscar trabajo

Por Liliana Macías*

 

Buscar trabajo es una actividad común y, lamentablemente, recurrente para muchas personas. El gran problema es que, generalmente, no se hace con una estrategia, sino con acciones aisladas que no conducen al mejor resultado. No tener una estrategia definida hace que caigas en varios de los de los siguientes errores:

 

  1. Tomar cualquier trabajo que se ponga enfrente. Muchas veces, la desesperación te controla y por cuestiones económicas o presiones familiares, agarras la primera actividad que se te presenta, solo para descubrir al poco tiempo que ese trabajo no es para ti.

  2. No definir búsqueda con base en tu perfil. Para ser el mejor en algo, debes tener las competencias y habilidades necesarias, y la pasión que te lleve a ese punto. Buscar empleo sin ligarlo a quién eres y tus capacidades, es un gran error. Está bien que quieras ser CEO de una multinacional, pero necesitas prepararte y ganar la experiencia.

  3. Tener un CV tradicional. Tu currículum es tu carta de presentación. Un CV convencional te hace ver como uno más del montón. No se trata de volverte loco con el formato, sino que destaques lo mejor de ti y tus competencias, de forma directa, clara y contundente.

  4. Creer que solo puedes trabajar en lo mismo que ya has trabajado. El mercado laboral está cambiando, por lo que la experiencia y los estudios no lo son todo. Hoy más que nunca, son primordiales los valores y las competencias, que son adaptables a muchas industrias y sectores.

  5. No hacer relaciones públicas. El networking es una estrategia que te permite ser visto o conocido por otros en tus múltiples facetas de vida, no solo lo laboral, por lo que las relaciones públicas serán fundamentales para que logres una colocación satisfactoria.

  6. Creer todas las oportunidades son publicadas. Muchas personas basan sus búsquedas a partir de la información que las empresas lanzan al exterior a través de bolsas de trabajo, clasificados, etcétera. Si tienes bien ubicado un lugar donde te gustaría trabajar, acércate, contacta, pregunta.

  7. Creer que el tiempo de desempleo es solo para descansar. Error. En lugar de ponerte al día con todo el catálogo de Netflix, invierte tiempo en prepararte para el puesto que quieres y en desarrollar esos skills que los reclutadores andan buscando.

  8. No estar al pendiente del teléfono y del correo. De nada sirve que mandes un CV impresionante, si luego no contestas el celular ni revisas tu correo con regularidad. Los reclutadores, generalmente, intentan contactarte un par de veces, pero si no hay éxito, siguen su búsqueda por otro lado.

  9. No llegar a la entrevista. No hay nada que demuestre más informalidad que dejar colgado al reclutador. Agendas cita para que te entrevisten y al final, por X o Y, decides no ir. Es válido retractarse, pero también es válido llamar para cancelar. Acuérdate que el mundo es muy chiquito y no quieres hacerte fama de informal.

  10. Tener un bajo nivel de autoconocimiento. En la entrevista, los reclutadores no solo revisarán tu cv, también quieren conocer tus capacidades y áreas de oportunidad. Recuerda que es un momento crucial para que “te vendas”, si no llegas con ese trabajo de autorreflexión hecho, será imposible venderte y lo más seguro es que termines inventando cosas por quedar bien.

  11. No estar listo de inmediato. La imagen es algo básico en la cuestión laboral, pero en este punto no hablaré de ello, sino de estar listo en esos días de búsqueda, para que, en caso de que te marquen para alguna entrevista, puedas estar listo al momento. Que esa llamada jamás te agarre metido en tu pijama, comiendo papitas frente a la tele y con barba de leñador de Montana.

  12. Creer que tus redes sociales solo son para asuntos personales. Cada vez más reclutadores realizan búsquedas en redes sociales para identificar algún perfil interesante o contactar a alguna persona, pero también para valorar el comportamiento social que tienen los candidatos. Si tu timeline está lleno de fotos de tus borracheras o con tuits de odio contra todo mundo, seguro no te llaman.

  13. Hablar mal de tu jefe o trabajo anterior. Es válido comentar que no llevabas una buena relación o que el ambiente no era el mejor, eso es ser asertivo, en caso de que así te hayas sentido. Pero eso no es lo mismo que ponerte a hablar pestes de tus experiencias previas. Hablar mal de los demás, habla mal de uno mismo.

  14. Mentir para quedar bien. Si mientes para “encajar” en el puesto, posiblemente logres entrar, pero a la larga tú eres el más afectado. Por un lado, tu reputación se tambalea y, por otro, estás forzando tener un puesto para el que no estás preparado y en el que seguro no darás los resultados esperados.

 

*Publicado originalmente en Profesionistas.org.mx

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