Cada vez está más generalizada la conciencia sobre los riesgos que implica abrir sin límite nuestra información familiar y personal en las redes sociales, particularmente de los niños y adolescentes, pero esta práctica sigue siendo bastante popular. En vista de lo anterior surgen algunas preguntas ¿es posible que muchos padres todavía no estén conscientes de las consecuencias que podría tener mostrar a sus hijos en las redes? ¿o simplemente el impulso de buscar interacción y aceptación en las comunidades virtuales es más poderoso que cualquier temor?
McAfee, la empresa especializada en ciberseguridad, da algunas respuestas a través de su encuesta Edad de Consentimiento, en la que participaron 1000 padres de chicos de entre 1 mes y 16 años de edad en Estados Unidos1. De acuerdo con los resultados, reportados en el artículo Should You Post Pics of Your Kids? Insights From Our Age of Consent Survey, 30% de los padres de familia admite que publica una fotografía de sus hijos en redes sociales por lo menos una vez cada día, aun cuando 71% de los mismos padres participantes en la encuesta está de acuerdo en que esas fotografías podrían caer en las manos equivocadas. Como principales riesgos que perciben, mencionan pedofilia (49%), acoso (48%) y secuestro (45%); así como que sus imágenes sean tomadas por otros chicos y usadas para acoso cibernético (31%), que su hijo se sienta avergonzado (30%) y que su hijo se sienta preocupado o ansioso (23%). Es decir, están conscientes de los peligros latentes, pero eso no los detiene a la hora de decidir postear sus fotografías. A este fenómeno se le denomina en inglés Sharenting, palabra formada por share, que significa compartir, y parenting, criar.
Una pregunta crucial realizada por McAfee en la encuesta, fue en relación a si los padres piden a sus hijos su consentimiento para publicar sus fotos en las redes. 58% dijo que no lo hace y de este porcentaje, 22% considera que estos son demasiado pequeños para dar su permiso y 19% dice que es su elección, no la de su hijo. Así, millones de chicos tienen una identidad digital sin haber decidido nada al respecto.
La iniciativa Por el uso Love de la Tecnología de Orange, en relación a la publicación del video El Sharenting a examen, explica que, al cumplir los 6 meses de edad, 81% de los bebés tiene presencia en internet y que antes de los 2 años, 5% tiene perfil propio en Facebook.
Las consencuencias pueden tener implicaciones en el ámbito de la seguridad, tal como el uso de imágenes en sitios de pedofilia, acoso, robo de identidad, información para mercadeo, hacernos vulnerables para ser víctimas de delitos como extorsión o secuestro, entre otros. También tiene consecuencias a nivel psicológico en nuestros hijos, si estos se sienten expuestos o exhibidos al no tener control sobre su privacidad.
Ante este panorama, distintas instancias encargadas de informar al público sobre medidas preventivas para hacer un uso seguro de internet y de las redes sociales, recomiendan:
- Si tienen edad para conversar con nosotros, pidamos a nuestros hijos su autorización y consentimiento antes de publicar sus fotografías.
- Incluso así, con su autorización, consideremos que estamos dejando su huella para siempre en la red, y exhibir su privacidad podría afectarlo en el futuro.
- Antes de subir información, preguntémonos si puede ser potencialmente vergonzosa para nuestros hijos o nuestra familia, y por tanto si podría ser utilizada para ciber acoso.
- No publiquemos, nunca fotografías de nuestros hijos y otros menores desnudos. No importa si son bebés.
- Verifiquemos los niveles de privacidad de nuestros perfiles y los permisos de quiénes pueden ver nuestras fotografías. De preferencia debemos configurarlos para un alto nivel de privacidad.
- Inspeccionemos a detalle nuestra lista de “amigos” para que estemos seguros de quiénes son y que no tenemos a algún desconocido.
- No revelemos detalles personales de nuestros hijos. Nunca su nombre completo ni su fecha de nacimiento; tampoco el nombre de su escuela o la dirección de nuestra casa. Pensemos en todo aquello que lo puede hacer localizable o que se puede emplear para robar su identidad.
Tengamos en mente que no debemos hacer en internet lo que no haríamos en persona, es decir, todo aquello que cuidaríamos y preservaríamos en relación a nuestra vida y nuestra familia, también debemos cuidarlo en las redes sociales.