Al igual que en las personas, los estilos en los platillos pueden tener ciertas combinaciones que estructurarán sus características y nos permitirán sacar lo mejor de cada uno. Todos utilizamos alguno de estos estilos que nos permiten comunicar parte de nuestra personalidad sin decir una palabra.
Natural
Estas personas buscan la comodidad y simpleza, que se refleja a través de la ropa que usan, desde ropa deportiva, hasta atuendos casuales de oficina. Para ellos, nada como una baguette o un sandwich.
Sí, parecen ser simples, pero detrás de ellos hay mucha preparación y planeación que llega a niveles complejos. Sí, puede parecer que se hizo sin pensar, pero, la realidad es que hay mucha consciencia en su preparación que simpleza y facilidad de adaptación casi inigualable.
Tradicional
Este estilo gira en torno a la sobriedad, lo que, en su máximo esplendor refleja una imagen atemporal. Está basado en traer lo clásico a la mesa; por ello nada lo refleja mejor que el proceso milenario y heredado por generaciones de un pozole, cuya preparación se basa en seguir la receta de nuestros abuelos.
Sí, no será sorprendente pero sí que logrará referirnos a lo estable, aunque se puede argumentar que llega a ser aburrido, ¿quién podría resistirse a un buen pozole?
Elegante
Quienes aplican este estilo en sus vidas se preocupan por cada detalle de su aspecto, bien logrado, parece ser casual y natural, pero detrás hay una planeación precisa. Para ellos, nada como el mole que puede hacerse a partir de muchos tipos de combinaciones de chiles, semillas y por supuesto el chocolate que dará este característico color creando un contraste clásico con el ajonjolí.
Al igual que el estilo elegante, el mole conlleva mucha estructura, cuidado y detalle en su preparación que aunque no se nota a primera vista, su refinamiento se hará presente desde el primer bocado. Incluso puede llevar ingredientes premium y volverse sumamente costoso, pero esta nunca es la idea.
Romántico
Está lleno de calidez e idealismo. Las personas que muestran este estilo nos hacen saber de inmediato que podemos acercarnos a ellas y disfrutar de su dulce compañía, sin complicaciones. Así, no hay nada mejor que un fondue de chocolate, cálido, dulce y fácil de combinar.
Pero, al igual que el estilo, puede resultar demasiado empalagoso o “aterciopelado” y cansar hasta a los paladares más pacientes.
Seductor
La característica principal de este estilo es el atrevimiento y el deseo de provocar. Comunica intensidad y una personalidad desbordante; se caracteriza por ser sumamente atractivo, busca llamar la atención a partir de colores vistosos y contrastes. Esto, en el sabor se refleja en una platillo fresco con mango, fresa y un toque de queso de cabra.
Desde cómo se ve, cómo se siente en boca hasta cómo sabe, este platillo buscará acercarnos a él y difícilmente podremos pasarlo de largo. Sus contrastes y sabores nos hacen pasar por alto la simpleza.
Creativo
La innovación y espontaneidad está en el centro de este estilo. Busca ser poco convencional así que toma riesgos que otros evitarían, como juntar cosas que a simple vista pueden no ser idóneas pero en escenarios particulares funcionan.
El sushi por ejemplo, puede presentarse en muchas maneras, dulces o salados con combinaciones fuera de lo común en cuanto a su sabor, color y formas, pero finalmente nos dejan esta sensación de concordancia y nos hace cuestionar si en otro platillo esta combinación funcionaría, pero, en donde lo vemos es perfecto.
Dramático
Los dramáticos buscan llamar la atención de los demás destacando sus características con contrastes fuertes y mucha ornamentación. En platillos, serían unos rollos de salmón acompañados de caviar rojo, sin duda será el platillo más llamativo por su atrevimiento en la mesa, sin importar que no guste a todos, no dejará de gritar “pruébame si te atreves”.
Al igual que en las personas, los estilos en los platillos pueden tener ciertas combinaciones que estructurarán sus características y nos permitirán sacar lo mejor de cada uno, para evitar caer en riesgos y exageraciones, es importante conocer las fortalezas y debilidades de cada uno, así como en los estilos de vestimenta.
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