El salto entre la preparatoria y la universidad es una de las etapas más trascendentales en la vida de los estudiantes. No solo significa dejar atrás a las personas que conociste y la escuela donde estudiaste: también requiere cierta madurez para enfrentar decisiones que cambiarán tu futuro. Vocación, gusto o dinero. ¿No sabes cómo elegir qué estudiarás? Aquí te brindamos una serie de consideraciones que puedes tomar en cuenta.
Aunque parece una pregunta relativamente inofensiva, lo cierto es que responderla puede provocar infinitos dolores de cabeza. Alrededor de los 18 años, miles de jóvenes como tú se enfrentan todos los años a la decisión más importante de su vida hasta ese momento.
A algunos, el paso por la preparatoria les ha dado cierto conocimiento o les ha despertado interés por determinadas áreas profesionales. Pero eso no da una certeza absoluta.
Es posible que de ese interés surja una vocación, un sentimiento de identificación con alguna carrera. Sin embargo, eso no quiere decir que ya tengas el futuro definido. Debes ser muy inteligente y tomar en cuenta todos los factores alrededor.
Si alguna carrera ya llamó tu atención, antes de tomar una decisión debes investigar su perfil de ingreso y egreso, el campo laboral y el salario promedio de quienes la ejercen.
Tampoco está de más que platiques con alguien cercano que haya estudiado esa carrera. Su experiencia podría servirte como guía para saber si es una buena idea estudiarla solo porque te apasiona.
El Instituto Mexicano para la Competitividad (IMCO) señala que solo dos de cada tres egresados de preparatoria inician una carrera universitaria. Y si tú quieres formar parte de esa estadística, lo mejor es que lo hagas por los motivos correctos.
Así como algunos estudian una carrera por pasión, hay quienes anteponen otro tipo de intereses a la hora de elegir qué estudiarán. La necesidad económica puede orillar a que muchos estudiantes se inclinen por una carrera que, según el imaginario colectivo, recibe un mejor salario que otras.
Sin embargo, no toman en cuenta un elemento importante: podrían sacrificar su talento en aras de ganar más dinero. Y eso último tampoco es cien por ciento seguro.
Por mucho que una carrera sea bien pagada, solo lo será para aquellos profesionales que destaquen en ese ámbito. De nada servirá que estudies una de las carreras mejor pagadas en México si no tienes una idea clara de lo que se hace en ella, o si no tienes lo que se necesita para ejercerla correctamente.
Si solo te dejas llevar por el dinero que podrías generar, lo más probable es que pierdas tiempo y —peor aún— recursos.
Incluso si decidieras estudiar la carrera más rentable, eso no te aseguraría que encontrarás empleo en la primera búsqueda que realices. Tendrás que demostrar con tu talento que mereces el puesto en cuestión, y también deberás mantenerte actualizado constantemente para continuar en el mismo.
Estudiar algo por vocación o porque te gusta no es sinónimo de éxito económico. Y estudiar porque “deja dinero” tampoco asegura que tengas el talento para ganarlo.
Al final, la decisión de elegir qué estudiarás te corresponde única y exclusivamente a ti. Lo mejor que puedes hacer es informarte y poner en una balanza lo que quieres para el futuro.
Si crees que con tus conocimientos, aptitudes e intereses sobre determinada área lograrás abrirte camino entre la competencia, la mejor opción es que estudies algo por vocación. De ser realmente bueno en ello, bien podrías convertirte en un profesional muy bien pagado.
Pero si tienes más interés por consolidar un futuro de forma rápida y tener grandes ingresos, de igual manera te recomendamos estar al pendiente de las carreras mejor pagadas, lo que se demanda de los egresados, y dar lo mejor de ti para aprovechar la educación que estás por recibir. Solo tú conoces las expectativas que tienes y el futuro que quieres alcanzar.
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