¿Has notado que a raíz de la pandemia generada por el COVID-19 se ha vuelto más frecuente hablar de ansiedad y cómo controlarla? Los largos periodos de confinamiento en casa y la incertidumbre sobre el regreso a las actividades cotidianas han hecho que quede en evidencia este padecimiento y muchos otros relacionados con la salud mental.
La ansiedad no es algo que deba tomarse a la ligera. Esto quiere decir que no se “olvida” o se “pasa” viajando, saliendo de fiesta o distrayéndote en una actividad específica. Se trata de una condición de salud que debe ser atendida de manera oportuna por un especialista.
Estudia Psicología y obtén una beca? ¡Calcula tu porcentaje!
Es la señal que manda nuestro cerebro para anticiparnos al peligro y que se manifiesta ante situaciones estresantes como hablar en público, contestar un examen o cuando vemos que nuestro taxi toma una ruta desconocida. Es una especie de mecanismo de defensa.
La ansiedad es necesaria, pero también puede convertirse en un huésped incómodo en nuestra mente sí se vuelve constante.
Te puede interesar: ¿Por qué la depresión debe ser tratada con psicología?
Los síntomas de ansiedad afectan tanto física como psicológicamente. También tienen un impacto en tu conducta e incluso en tu convivencia con los demás, ya que te imposibilita para disfrutar de las pequeñas cosas de tu día a día.
Algunos síntomas de ansiedad son:
Vivir con ansiedad puede volverse algo cotidiano, sin embargo, no debes considerarlo normal, ya que el desgaste interno que genera es tan profundo que puede detonar otros padecimientos o potencializar estados emocionales como:
Te puede interesar: Prevención del suicidio: Cómo ayudar a alguien en riesgo de quitarse la vida
Para que las acciones que pongas en marcha te permitan vivir sin ansiedad considera los siguientes aspectos:
Si sientes que hay algo que está afectando tu día a día y no puedes controlarlo acude con un experto en salud mental. La valoración de un profesional te ayudará a identificar el mejor camino para recuperar tu salud.
*Ana Vianey Cuevas Gómez autora de este texto, es orientadora educativa en la Universidad del Valle de México (UVM) Campus Lago de Guadalupe. Es licenciada en Psicología y maestra en Tanatología.