Cada día la práctica de un deporte para mantenerse en forma o hacer ejercicio por motivos de salud se incrementa entre la población mexicana. Correr, por ejemplo, es quizá la actividad a la que más se suman personas interesadas en iniciar en el mundo de la actividad física.
Las estadísticas reportadas por el INEGI (noviembre de 2015) en cuanto a práctica deportiva y ejercicio físico, señalan que el 44% de la población de 18 años y más se mantienen activos físicamente, es ya casi la mitad de la población,
Aunque los motivos sean diversos (17.5% por diversión; 19.9% para verse mejor y 60.2% por salud), el hecho es que la población poco a poco se hace consciente de la necesidad de ejercitarse, lo cual demanda el desarrollo de políticas deportivas, de la creación de programas que fomenten la práctica entre la población y el desarrollo del talento para formar atletas de alto rendimiento. Esto, desde luego, incluye el contar con personas preparadas profesionalmente en conocimientos sobre preparación deportiva, alimentación, tratamiento de lesiones, etcétera.
Cada vez más mexicanos se preguntan cómo mantenerse hidratados, cómo bajar de peso saludablemente, cómo ganar masa muscular y allí es donde se requieren nutriólogos deportivos. También hacen falta expertos capaces de lograr que más atletas, profesionales o no, se reintegren a su práctica deportiva luego del correcto tratamiento de sus lesiones, o bien conocer la forma de prevenirlas.
Actualmente muchos deportistas de alto rendimiento siguen un plan de actividades empíricas, es decir, muchos de sus hábitos de entrenamiento y preparación obedecen a lo que han experimentado que les funciona; en los mejores casos cuentan con un presupuesto suficiente para pagar un buen entrenador profesional, un terapeuta físico o incluso nutriólogos para tener una preparación más completa y que lo haga rendir mejor físicamente.
1. Para contribuir en el trabajo óptimo de los deportistas, de acuerdo a su adecuado rendimiento físico. Profesiones como la biomecánica, la bioquímica, nutriólogos y fisioterapeutas son algunas de las que pueden intervenir en dicho proceso. La competitividad del deporte mexicano depende de la mejora del trabajo científico con los deportistas para modularles cargas de entrenamiento. Conocer la capacidad física, de acuerdo a la morfología de un atleta, debe ser parte fundamental en el desarrollo de los talentos deportivos.
2. Para mejorar las prácticas de administración y gestión del deporte. Hoy en día existen algunas universidades con especialidades o maestrías donde se tratan todos los aspectos estratégicos de acreditación, protocolo, comercialización o comunicación de instancias deportivas.
3. Para que los deportistas que han dejado de ser atletas de alto rendimiento tengan las bases académicas para ocupar cargos ejecutivos o directivos en organismos de fomento, práctica y/o difusión del deporte. Como el caso de Emilio Butragueño, quien se convirtió de futbolista a ejecutivo del deporte. “Cuando existen deportistas que estudian también una carrera, se generan campeones de la vida, no solo del deporte; se convierten en agentes de cambio porque en el futuro pueden contribuir para el desarrollo”, así lo considera Horacio de la Vega, director general del Instituto del Deporte de la Ciudad de México.
4. Para establecer una cultura saludable del deporte en la población. En el país hay 7 mil 700 personas especializadas en áreas deportivas para atender 112 millones de mexicanos. México sólo cuenta con el 1% de los especialistas que requiere esta área (Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo, INEGI). Es fundamental contar con profesionales que logren hacer políticas y estrategias sobre cultura física y deporte permanentes, a las que se dé continuidad independientemente del plan que traiga cada gobierno federal o estatal.
5. El deporte ha crecido también como industria de negocios. Las entidades deportivas demandan profesionales especializados capaces de dirigir y gestionar en una industria en constante crecimiento, capaz de generar cuantiosos recursos económicos e impactar a millones de personas. Si nos remontamos a los últimos 40 años, vemos que el deporte tomó una dimensión de un negocio con alcances impresionantes.