Una de las principales razones por las que los mexicanos no cuentan con título universitario es la falta de recursos económicos. Por ello es tan importante que sepas que existen opciones de financiamiento educativo que pueden allanar tu camino hacia el éxito profesional.
Actualmente la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) calcula que en nuestro país solo el 17% de las personas entre 25 y 64 años cuenta con estudios universitarios, en contraste con países como Australia, donde el 44% tiene un título de grado, o de Israel, donde la mitad de su población tiene estudios superiores.
Calcula tu beca y colegiatura en UVM
Esto quiere decir que menos de 2 de cada 10 mexicanos alguna vez pisaron la universidad y la terminaron. Las razones por las cuales alguien no va a la universidad hoy en día son principalmente económicas, pues las ventajas de tener un título universitario inciden directamente en la movilidad social y calidad de vida.
Si tú alguna vez has pensado en ello y te has sentido preocupado por no poder pagar tus estudios universitarios, tenemos información que seguro te interesará. Cuando hablamos de financiamiento educativo nos referimos básicamente a un crédito universitario ¡Espera! Antes de que te espantes con los problemas de nuestros vecinos del norte acerca de deudas impagables, escucha cómo funciona y cuáles son sus ventajas.
Una inversión para el futuro
Existen tres tipos de instituciones que ofrecen financiamiento educativo: los bancos, las sofoles y las sofomes. Seguro nunca has escuchado de las últimas dos, ¿verdad? ¡No te preocupes! Las tres utilizan el mismo modelo.
En esencia, un financiamiento educativo es un préstamo para pagar total o parcialmente tus estudios universitarios una vez que los termines. Los montos de préstamos rondan entre los $250,000 y $500,000 que se pueden utilizar para el pago de colegiaturas, inscripciones e incluso materiales.
Durante tus estudios universitarios únicamente pagarás los intereses y no será sino hasta que egreses cuando deberás comenzar a pagar el capital. En algunos casos, incluso se incluye un período de gracia adicional en lo que encuentras empleo, regularmente de 6 a 12 meses. Los plazos varían desde los 8 hasta los 10 años para liquidar la deuda.
Los requisitos cambian entre cada institución, pero en su mayoría son los siguientes: no requieres de un bien inmueble como garantía, solo necesitas un obligado solidario, que bien puede ser alguno de tus padres; además, debes presentar una carta de aceptación de la universidad en donde quieres estudiar y mantener un promedio mínimo de 7 durante toda tu carrera. No pienses en el préstamo como un gasto, velo más como una inversión para tu futuro.
Ventajas al alcance de tu bolsillo
Mientras estés estudiando, no tendrás que preocuparte por pagar tu préstamo y te servirá de incentivo para mantener un buen promedio. De igual manera, lo puedes combinar con los programas de becas dentro de las universidades para que el monto de tu préstamo disminuya e incluso, si te es posible, puedes abonar a capital mucho antes de terminar la carrera para que lo pagues en menos tiempo.
Además, muchas universidades tienen convenios directamente con instituciones bancarias o financieras que pueden ofrecer beneficios adicionales. Cuando visites las instalaciones universitarias, no olvides preguntar por este tipo de financiamiento educativo o ve a tu sucursal bancaria más cercana para pedir informes. No olvides comparar todas las propuestas que tengas sobre la mesa y escoger la que creas te da mejores beneficios.
Que la economía no sea un impedimento para estudiar. Con un financiamiento educativo disfruta de tu etapa universitaria como la mereces y enfócate en estudiar.