Muchas escuelas hoy en día, públicas sobre todo, prohíben a sus alumnos el uso de los celulares dentro de los salones de clase y tratan de disuadir a los padres para limitar al máximo posible el acceso de sus hijos a estas tecnologías. Pero, más allá de las creencias negativas que hay a su alrededor, el uso de los smartphones en el aprendizaje puede ayudar significativamente a mejorar la experiencia de aprendizaje, e incluso aportar al alumno habilidades esenciales en el ámbito profesional ¿Quieres saber cómo? Aquí te lo decimos.
El aprendizaje electrónico móvil, abreviado como mLearning, es una metodología que facilita la construcción de conocimiento y desarrollo de destrezas gracias al uso de dispositivos móviles, como smartphones o tablets. Incluso, la UNESCO se ha pronunciado a favor de este tipo de aprendizaje, pues permite la alfabetización, la motivación de los alumnos, el desarrollo de los profesores y la comunicación entre alumnos, profesores y padres. Aunque por mucho tiempo se pensó que el uso de celulares dentro del aula sería perjudicial, la experiencia de los modelos de enseñanza mLearning demuestra que el ambiente personalizado promueve que los alumnos sean autodidactas.
Entre las ventajas de usar los celulares está una mayor disposición del alumno por aprender, pues no solo se integran a la vida de los estudiantes, sino que también permiten aprovechar todas sus herramientas disponibles: apps, videocámara, música, imágenes y otras tecnologías. Por otro lado, abre el acceso a la información en cualquier momento y lugar donde haya conexión a internet. Además, incorporar los videojuegos al aprendizaje mantiene la motivación.
Es un hecho que vivimos la época dorada de la educación en línea y a distancia, con lo cual los estudiantes pueden aprender sobre los temas que prefieran de manera informal, es decir, sin necesidad de estar presentes en un salón de clase ¿Quién no ha visto un tutorial en YouTube para aprender algo nuevo? Todo está hoy al alcance de la mano: cocinar, tocar un instrumento o resolver una ecuación de segundo grado.
Más allá de servir de diccionario o enciclopedia, algunas apps se han desarrollado especialmente para ayudar a docentes y alumnos a mejorar la experiencia del aprendizaje, aprovechando las capacidades que ofrecen los sistemas iOS y Android. Por ejemplo, el buscador más famoso del mundo tiene su propia plataforma, Google Classroom, donde solo es necesaria una cuenta de Gmail para tener acceso a un aula virtual. Enviar tareas, comunicarse con el profesor o resolver exámenes nunca ha sido tan fácil. En el caso de la compañía de la manzana, su aplicación Classroom cumple la misma función.
De la misma manera en que los alumnos aprenden con las aplicaciones y los dispositivos móviles, la brecha digital que hace que algunos profesores se muestren renuentes a utilizar la tecnología se cierra, y los acerca a dominar diversas habilidades digitales. Y aunque siempre existe la sombra de Facebook, WhatsApp, YouTube o Snapchat, el uso responsable de estas aplicaciones también fomenta la interacción en clase, a través de grupos, chats con padres de familia y videos para reforzar los contenidos en clase, entre otros.
Definitivamente, usar el smartphone en clase no es para nada una idea loca; por el contrario, la educación se transforma de la misma manera que lo hace nuestro mundo, y pareciera que las nuevas generaciones traen un ‘chip integrado’ ¿Has tenido algún profesor que use las TIC como apoyo en clase? ¿Qué les sugerirías a aquellos que se niegan a usarlo?