Elegir universidad es una de esas decisiones que se sienten enormes. No solo escoges una carrera: escoges el lugar donde vas a aprender a hacer lo que te imaginas haciendo toda tu vida. Y ahí es donde UVM realmente sorprende. Sus instalaciones están diseñadas para que la práctica sea real desde el primer semestre: sin vitrinas, sin equipo “de adorno”, sin teoría eterna antes de tocar algo.
Si mientras lees esto te empieza a dar curiosidad, puedes agendar una visita guiada para ver laboratorios, talleres, cocinas o clínicas en persona. Créeme que cambia mucho cuando ves todo funcionando de verdad.
Te lo cuento directo: cuando un estudiante decide si una universidad vale la pena, lo hace por dos cosas—que la promesa se cumpla y que la práctica sea real.
Y el estudio que presentó Laureate lo confirma:
UVM parte justo de ahí: prácticas que abren tu mundo, instalaciones que lo fortalecen.
Y eso se nota desde que pisas cualquier campus.
En carreras como Medicina, Enfermería, Psicología, Fisioterapia o Nutrición, la diferencia la hacen los espacios. En campus como Lomas Verdes, Puebla o Mérida, puedes entrar a salas de simulación con equipo de alta fidelidad, consultorios psicológicos preparados para prácticas reales, laboratorios de microbiología o anatomía y espacios donde aprendes desde la experiencia, no desde la teoría eterna.
Todo lo que ves ahí se usa: los estudiantes operan simuladores, practican procedimientos, atienden casos simulados y aprenden a reaccionar como si estuvieran en un entorno hospitalario.
Si piensas estudiar Gastronomía, Turismo o Administración Hotelera, el campus San Rafael es probablemente uno de los más mencionados. Sus cocinas profesionales funcionan como las de un restaurante real; el laboratorio sensorial te permite analizar alimentos y bebidas desde otro nivel; el bar escuela se usa para entrenar servicio y coctelería; la cava y las áreas de montaje se utilizan para reproducir eventos completos. Nada se queda en el papel: ahí cocinas, presentas, diriges, atiendes, pruebas y corriges.
En campus como Querétaro, Guadalajara, Toluca y Monterrey, los talleres de manufactura, CNC, electrónica, mecatrónica y prototipado funcionan todos los días. Es común ver estudiantes ensamblando piezas, probando prototipos, programando tableros o simulando procesos industriales en equipo especializado. No son prácticas aisladas: son parte del ritmo de la carrera.
Las búsquedas como “instalaciones UVM Lomas Verdes”, “instalaciones UVM San Rafael” o “instalaciones UVM Monterrey” son súper comunes porque cada campus tiene su propia personalidad.
Si quieres ver algo específico, estas son buenas formas de comenzar:
Y sí: cada campus tiene fotos actualizadas de sus espacios.
Las instalaciones te preparan, pero las prácticas te conectan con lo que sigue. UVM trabaja con empresas, hospitales, clínicas, restaurantes, hoteles y organizaciones con las que los estudiantes pueden hacer prácticas reales. Es una mezcla que funciona muy bien: primero entrenas en un entorno seguro, con equipo real y acompañado por docentes; después sales a aplicarlo en escenarios profesionales que te ayudan a sentirte listo para tu primer empleo.
Los estudiantes que participaron en el estudio lo dijeron sin rodeos: tener instalaciones funcionales y prácticas reales no solo te enseña, también te da confianza y una sensación de orgullo por la carrera que elegiste.
Varias de las dudas más buscadas las resolvemos aquí de forma sencilla:
Sí. Los campus están conectados con WiFi de alta velocidad porque gran parte de las actividades académicas se apoyan en plataformas digitales.
En prácticamente todos los campus hay cafeterías y servicios de comida. Lomas Verdes, Mérida, Puebla y San Rafael tienen varias opciones.
Sí, y forma parte de los estándares institucionales: rampas, elevadores, rutas inclinadas y sanitarios accesibles.
Sí. Todas cuentan con:
Estudiantes y docentes pueden solicitar acceso a salones, auditorios o laboratorios según la actividad académica.
No existe una respuesta única porque depende de la carrera. Lo que sí es seguro es que todos mantienen un estándar claro: instalaciones funcionales, actualizadas, accesibles y pensadas para la práctica. Lo importante es ver el campus que te interesa y compararlo con lo que quieres estudiar.
Cada campus destaca en algo distinto, pero estos son ejemplos comunes de búsqueda:
Estudiar en UVM se siente profesional desde el primer día. Las instalaciones no son un adorno ni una promesa: se usan, se viven, se exploran. Son espacios diseñados para ensuciarte las manos, practicar, experimentar, equivocarte y aprender.
Si quieres sentirlo tú misma o tú mismo, aquí puedes pedir una visita:
👉 [Agendar recorrido en tu campus]
Porque sí: leerlo informa. Pero verlo… convence.