Las redes sociales ya forman una parte muy importante en la vida de millones de personas en el mundo, en las que seguramente también estás tú, aun cuando no tengas la mayoría de edad. Y aunque parezca que entre los adolescentes Facebook, Instagram o Snapchat son simples plataformas para interactuar con tus amigos y hacer bromas, la realidad es que toda red social es tu escenario ante una multitud de personas, grupos e instituciones o empresas que te observan, aunque tú ni te lo imagines.
En este post queremos hablarte de la gran responsabilidad que significa tener un perfil en una red social porque es el principio de la creación de tu identidad ante el mundo, desde que eres parte de alguna red siempre le importarás a una marca, a un sector comercial o, ya en un caso extremo, a miembros de bandas delictivas. Por eso es muy importante que desde ya te hagas consciente de lo que compartes en tus perfiles, de las personas que aceptas como “amigos” y sobre todo es necesario que sepas que todo lo que compartes se replica en segundos y permanece por mucho tiempo, a veces por siempre.
Son un medio inmediato para contactar a tus amigos, mandarles un saludo con una postal, felicitarlos el día de su cumpleaños aunque no los puedas ver en persona.
Es un medio personal en el que puedes expresar lo que piensas y sientes; sólo ten en cuenta que no es como un diario que guardas en el cajón y que nadie puede ver, al contrario, aquí todo está disponible a los ojos del mundo. Así que piensa bien a quién le quieres compartir tus gustos o disgustos.
A través de las redes sociales puedes guardar recuerdos gratos de momentos divertidos o importantes con tus amigos, familiares y compartirlos con ellos.
Facebook sirve también como el espacio para compartir dudas sobre tareas, calendarios de clase, en fin, datos que son útiles para varios de tus amigos.
Todo lo que manifiestes que te interesa o te gusta, es monitoreado por las empresas, las marcas y puede llegarte información útil o publicidad de ofertas que tal vez puedas aprovechar, pero siempre hay que asegurarte de que los mensajes que te lleguen sean verdaderamente de una página oficial de empresas o marcas.
Si expresas alguna molestia u opinión en un estado de ánimo de enojo o tristeza, no todos son capaces de respetar tu sentir y pueden aprovecharse de tu estado vulnerable.
Hay personas adultas que son cómplices de redes de tráfico de menores, extorsión, pornografía, entre otras asociadas a delitos; esas personas se dedican a contactar a menores de edad, se hacen pasar por gente de tu edad y en un principio sólo quieren ser tus amigos, pero ellos saben cómo manipularte con palabras amigables y sacarte información o llevarte a hacer cosas arriesgadas.
Aceptar a personas que falsifican su identidad en las redes y se te presentan como personas atractivas, han revisado tu perfil y saben con qué mensajes o temas pueden captar tu atención y hacerte caer en una trampa.
Hoy en día no es un secreto que la mayoría de los adolescentes tienen un perfil en redes sociales, principalmente en Facebook, y lo mejor es que, si vas a crear una cuenta en redes, lo hagas con la ayuda de tus padres o de una persona adulta confiable y que conozca cómo configurar la privacidad de tu cuenta y así disminuir que tu información caiga fácilmente en manos de redes de bandas de abuso infantil.
Evita subir videos y fotos con imágenes comprometedoras de tu persona. Evita postear fotos en traje de baño, sobre todo de cuerpo completo, porque tu imagen puede ser “fotoshopeada” y mal usada.
Si quieres subir fotos con amigos, lo ideal es que les preguntes si autorizan que compartas una imagen donde ellos aparecen, sobre todo cuando se trata de fotos chuscas o también comprometedoras.
Procura escribir mensajes constructivos, no insultos o quejas sobre un tema o personas y menos si está entre tus conocidos o contactos hagas mención de su nombre en un comentario ofensivo. Las peleas y ofensas expuestas en redes sociales también dicen mucho de quién eres tú.
Por nada intentes crear un perfil con el nombre de alguien que conozcas y que sólo con el fin de perjudicarla pretendas hacerte pasar por esa persona.
No aceptes cualquier solicitud de amistad, y menos si se trata de alguien con quien nunca has tratado personalmente. Una forma de saber si se trata de alguien que sí está interesado en comunicarse contigo es revisar cuántos contactos tienen en común y, antes de aceptar su solicitud, revisa su perfil, qué tipo de información publica, para que compruebes que se trata de una persona real y qué tipo de información comparte.